martes, 7 de octubre de 2014

Recubrimientos no metálicos

Para conseguir recubrimientos no metálicos resistentes a la corrosión se utilizan los siguientes procedimientos: 
Fosfatado Consiste en sumergir el acero en una solución de ácido fosfórico, nitrato de cinc, fosfato ferroso y otras sales, con lo que se obtiene una capa formada por un fosfato de hierro y cinc que supone una base excelente para las capas de acabado en las carrocerías de automóviles. 
Pavonado Es la protección del acero mediante una capa de óxido (azul o negra), calentándolo en un baño de sosa cáustica concentrada, que contiene clorato sódico, a 143 °C. De este modo se forma una capa de óxido protectora pero suficientemente porosa para admitir aceite mineral, que aumenta su acción. 
Anodizado En el aluminio se puede producir una capa de óxido protector mediante un tratamiento electrolítico en el cual el aluminio forma el ánodo en una disolución ácida. Se emplea para la protección de objetos decorativos, pues la película de óxido puede teñirse con diversos pigmentos para conseguir un buen aspecto que permanecerá inalterable casi indefinidamente. 
  Esmaltado Se realiza aplicando sobre el metal una capa a modo de papilla de borosilicato de calcio, potasio y plomo. Una vez secas las piezas, se introducen en un horno, donde se funde el esmalte formando una capa protectora vidriada. El esmaltado se usa para cacharros de cocina, electrodomésticos y utensilios para la industria química. Tiene el inconveniente de no ser clástico, y salta si recibe algún golpe. 
Pintado La protección a base de pinturas, barnices, lacas, resinas sintéticas, etc., actúa principalmente contra el agua. En realidad, pocas veces ofrece una impermeabilidad absoluta, pero sí gran resistencia a la penetración, limitando la cantidad de agua que alcanza la superficie del metal. Toda aplicación de pintura debe ir precedida de un desengrasado y un decapado cuidadosos del metal, para hacer desaparecer toda traza de óxido, orín o cascarilla. En la actualidad los fabricantes de pinturas y lacas han dado pasos de gigante en este campo, encontrándose hoy día pinturas que ofrecen una gran resistencia al ataque de los elementos externos y protegen el metal base del ataque de los óxidos, que en la chapa de hierro es un auténtico cáncer.

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