viernes, 3 de octubre de 2014

Recubrimiento por inmersión

Estos recubrimientos consisten en sumergir las piezas en un baño fundido de metal protector durante breve tiempo. Los metales más empleados son: cinc, estaño, aluminio y plomo. 

Galvanizado 

La protección del acero mediante inmersión en cinc fundido recibe el nombre, impropio, de galvanizado, que tiene su origen en el concepto de protección electroquímica. Los productos galvanizados lo son para que puedan estar expuestos a la acción de la atmósfera y el agua. Entre ellos, pues, se encuentran: chapas para techos, piezas de ferretería, tuberías, alambres, utensilios de cocina, cubas de lavado, etc. 

Estañado 

Es el recubrimiento por inmersión en estaño y proporciona a las piezas protegidas un aspecto agradable, buena resistencia a la corrosión y superficies que pueden ser soldadas fácilmente. Se aplica principalmente en la fabricación de hojalata (que es una chapa de acero suave calmado con una película de estaño de 0,005 mm en cada cara) y de utensilios para la cocina (tuberías, baterías de cobre, etc.). 

Aluminizado 

Es el método más moderno de protección por inmersión. El aluminio se aplica preferentemente sobre el acero y ofrece una excelente resistencia a la corrosión y al calor y un atractivo aspecto. Para evitar que el acero se oxide, se le aplica antes una capa de cinc o estaño. Es útil para los objetos que exigen una resistencia simultánea al calor y la corrosión, como calentadores, mamparas, cortafuegos, etc. 

Inmersión en plomo 

Debido a que el plomo presenta gran resistencia a la corrosión atmosférica, se usa, en especial, para piezas expuestas a la intemperie que no hayan de sufrir fricciones. Frecuentemente el plomo es aleado con pequeños porcentajes de estaño y antimonio, para endurecerlo. Se protegen con plomo: chapas, alambres, pasadores, máquinas de lavar, ganchos, tanques de gasolina, etc.

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