domingo, 1 de junio de 2014

Clasificación de los elementos - I

Ordenados todos los elementos en orden creciente de sus pesos atómicos (peso del átomo de un elemento comparado con el del átomo de oxígeno), se observa que sus semejanzas en el comportamiento químico y las propiedades físicas y químicas se repiten periódicamente, de modo que los elementos se pueden reunir en varios grupos. Todos los elementos situados en cualquiera de los grupos tienen marcadas semejanzas entre sí. El estudio de las propiedades de los elementos permite establecer una clasificación básica en tres grupos: metales, no metales o metaloides y gases nobles. 

Metales 

Poseen un brillo característico, son buenos conductores del calor y la electricidad, ofrecen una elevada resistencia mecánica y gran plasticidad y se combinan con el oxígeno formando óxidos. Los metales se pueden dividir en dos grupos, el A y el B. El grupo A es el de los que se consideran como verdaderos metales y comprende los alcalíneos (litio, potasio, cesio, sodio, rubidio), los alcalíneos tórreos (berilio, magnesio, calcio, estroncio, bario), los metales de transición (escandio, titanio, vanadio, cromo, manganeso, hierro, cobalto, níquel, itrio, circonio, niobio, molibdeno, tecnecio, rubidio, rodio, paladio, tántalo, wolframio, renio, osmio, iridio, platino, radio, actinio, torio, proactinio, uranio) y el grupo del cobre (cobre, plata, oro). 
Las características de estos metales es que su enlace es sólo metálico; es decir, no tienen otro tipo de enlace. Por eso sus características metálicas son más acentuadas que en los del grupo B. El grupo B está formado por aluminio, cinc, cadmió, mercurio, plomo, bismuto, silicio, galio, indio, germanio, estaño, arsénico, antimonio, selenio y teluro. Estos metales se caracterizan porque sus átomos no tienen un enlace exclusivamente metálico, pues en ellos intervienen enlaces homopolares.

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