viernes, 30 de mayo de 2014

Cambios de Estado - II

Ebullición 

Si se calienta un cuerpo liquido, en primer lugar se eleva gradualmente su temperatura hasta alcanzar un nivel en que permanece constante. El líquido comienza entonces a hervir, lo cual se caracteriza por la formación de burbujas de vapor. A partir de este momento, todo el calor que se suministra al líquido sirve únicamente para mantener la ebullición. La temperatura a la cual comienza a hervir un líquido se llama punto de ebullición, que es distinto para cada líquido y depende además de su presión. 
Así, por ejemplo, el agua a la presión normal de 760 mm hierve a 100UC; por el contrario, sometida a la presión de 417 mm de la columna de mercurio, su punto de ebullición desciende a 84 "C. Aumentando la presión, para lo cual el líquido deberá calentarse en un recipiente cerrado, la temperatura de ebullición se hace más elevada. 
El agua a una presión de dos atmósferas hierve a 120 °C. Si se enfría el vapor, se transforma de nuevo en líquido, y a este fenómeno se le llama condensación. Si la condensación de un vapor se realiza en un recipiente cerrado, desciende entonces la presión. Para transformar un kilogramo de agua a 100 °C en vapor, se necesitan 536 calorías. 
Este calor sirve para vencer la fuerza de cohesión de las moléculas y producir un aumento de su volumen. Se denomina calor de vaporización. Inversamente, un kilogramo de vapor de agua, al condensarse, desprende la misma cantidad de calor, el cual recibe entonces el nombre de calor de condensación.

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